El Amor Fatal: Cuando la Pasión Destruye
- José Olalde

- 6 abr
- 3 Min. de lectura

El amor es un enigma que ha fascinado a la humanidad desde tiempos inmemoriales. Poetas, filósofos y científicos han intentado descifrar sus misterios, pero sigue siendo un territorio lleno de contradicciones. Hay amores que sanan, que transforman, que elevan el espíritu; y hay otros que, en lugar de nutrir, consumen y destruyen. En este blog, exploraremos dos de sus manifestaciones más intrigantes: los amores fatales y el fenómeno de los Sugar Daddies y Sugar Babies.
Existe un tipo de amor que, lejos de nutrir y fortalecer, consume y destruye. Es el llamado amor fatal, una relación marcada por la contradicción: dos personas que no pueden vivir separadas, pero que tampoco logran coexistir en armonía. ¿Qué mantiene unidas a estas parejas, a pesar del sufrimiento que se causan mutuamente?
La respuesta radica en la vibración por afinidad. Estas personas comparten una conexión espiritual profunda, una energía que las atrae de manera inevitable. Sin embargo, a nivel intelectual y emocional, están en constante conflicto. Pueden tener ideas y valores completamente opuestos: uno puede ser profundamente religioso mientras el otro es ateo, uno puede ser capitalista mientras el otro cree fervientemente en el comunismo. En su convivencia, estas diferencias generan choques constantes, discusiones interminables y una sensación de incomprensión mutua.
A pesar de esto, la conexión espiritual y la química biológica los mantienen atados. Pueden tener una vida sexual intensa, una energía que los impulsa a seguir juntos a pesar del desgaste emocional y psicológico. Incluso cuando intentan separarse, terminan regresando, arrastrados por una fuerza que escapa a su control. ¿Es amor? ¿Es dependencia? Tal vez es simplemente la naturaleza manifestándose en su máxima expresión.
Sugar Daddies y Sugar Babies: El Amor por Supervivencia:
En el otro extremo del espectro amoroso encontramos un fenómeno cada vez más común en la sociedad contemporánea: los Sugar Daddies y Sugar Babies. Este tipo de relación, más que estar basado en amor, se fundamenta en la supervivencia y la conveniencia.
Desde tiempos inmemoriales, las mujeres han buscado protección y estabilidad para garantizar la supervivencia de su descendencia. En este contexto, un hombre con recursos y poder se convierte en un imán irresistible. No se trata de romanticismo ni de amor vibracional, sino de una atracción basada en la necesidad de supervivencia y estabilidad. En la naturaleza, el líder de la manada es el que transmite su genética a la siguiente generación, asegurando que su linaje continúe. Lo mismo sucede con los hombres de alto estatus: el poder actúa como un magnetismo que atrae a las mujeres.
En este tipo de relaciones, la mujer obtiene seguridad, comodidades y oportunidades, mientras que el hombre satisface su deseo de compañía y juventud. La sociedad puede juzgar este tipo de dinámicas, pero la realidad es que están profundamente arraigadas en la biología y la historia de la humanidad.
Por otro lado, también está el caso del hombre mayor atraído por mujeres jóvenes. Más allá de la simple atracción física, existe una explicación bioquímica. A medida que un hombre envejece, su producción de hormonas disminuye, y a través del contacto con una mujer más joven (saliva, fluidos corporales), puede recibir factores de crecimiento y sustancias que lo revitalizan. Esto no es un mito; es un fenómeno biológico documentado.
Entender sin Juzgar:
El amor adopta múltiples formas, y cada una responde a necesidades biológicas, emocionales y espirituales distintas. Antes de juzgar, es importante comprender los mecanismos que nos llevan a establecer ciertos vínculos. La naturaleza es sabia y nos ha diseñado para buscar la supervivencia y la continuidad de la especie de maneras que, aunque parezcan contradictorias, tienen una lógica subyacente.
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