El Engaño: La Lección que Nunca Debemos Olvidar
- José Olalde

- 2 mar
- 3 Min. de lectura
La historia de la humanidad está marcada por el engaño. En todos los ámbitos, desde las relaciones personales hasta las instituciones más poderosas, el engaño se presenta como una sombra que acecha y, a menudo, triunfa. Pero, ¿qué ocurre cuando el engaño no solo viene del exterior, sino también de nosotros mismos?
Es crucial aprender a confiar en uno mismo y, más importante aún, evitar caer en las trampas del autoengaño. Nuestra mente, en su búsqueda de consuelo o justificación, puede crear alucinaciones que llegamos a aceptar como verdades absolutas, aunque estén lejos de la realidad. Este tipo de autoengaño es tan peligroso como el que nos imponen los demás, ya que puede desviar nuestro camino y alejarnos de nuestras metas más importantes.
Un ejemplo claro de esto se encuentra en el mundo financiero. A lo largo de las décadas, hemos visto cómo empresas que deberían ser modelos de integridad se han derrumbado bajo el peso de sus propias mentiras. Enron, WorldCom, HealthSouth, y más recientemente, Wirecard en Alemania, han demostrado que incluso las organizaciones más "respetables" no están exentas de caer en el fraude. Estas estafas multimillonarias no solo impactaron a inversionistas, sino también a millones de personas comunes que confiaron en sistemas supuestamente regulados.
La incongruencia aquí es evidente: estas instituciones, vigiladas por "tigres" en la industria, permitieron que el engaño ocurriera. Esto demuestra que la tendencia al engaño puede surgir incluso en los entornos más supervisados, alimentada por el impulso de supervivencia y la codicia humana.
Otro ejemplo perturbador es "The China Study", un estudio revolucionario que reveló que la caseína, una proteína presente en la leche, es una de las principales causas del cáncer. A pesar de ser el estudio más completo realizado sobre la relación entre dieta y salud, sus hallazgos fueron enterrados por la industria alimentaria y el gobierno estadounidense. ¿Por qué? Porque la verdad amenazaba intereses poderosos. Esta incongruencia entre lo que sabemos y lo que se nos permite saber refleja una realidad perturbadora: el engaño también opera desde las cúpulas del poder.
El sector farmacéutico no se queda atrás. Con frecuencia, las estadísticas se manipulan para presentar éxitos que en realidad no lo son. Medicamentos como las estatinas, promocionadas como soluciones milagrosas, terminan causando daños colaterales graves, como la destrucción del hígado. Pero esto no es lo que nos cuentan los comerciales ni los informes oficiales.
Incluso los seguros, que prometen tranquilidad en momentos de crisis, suelen convertirse en una fuente de frustración. Las promesas incumplidas y las trabas administrativas revelan una vez más la distancia entre la congruencia de las palabras y la incongruencia de los hechos.
La lección es clara: el engaño está en todas partes, incluso en los lugares que menos esperamos. Y aunque no podemos controlar el comportamiento de los demás, sí podemos controlar nuestra percepción y acción. Cuestiona, investiga y reflexiona. Más allá de lo que otros te digan, confía en tu propio criterio, pero asegúrate de que este esté bien fundamentado y libre de autoengaño.
El mundo está lleno de incongruencias y mentiras. Nuestra tarea, como seres conscientes, es aprender a navegar entre ellas con criterio, inteligencia y una sana dosis de escepticismo.
¿Estás listo para enfrentar esta realidad? Si es así, el primer paso es mirar hacia adentro y preguntarte: ¿Me estoy siendo fiel a mí mismo?






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