Programar a Dios: La Energía Universal al Servicio de tus Sueños
- José Olalde

- 29 ene
- 2 Min. de lectura
Por José Olalde

Hoy exploraremos un tema profundo y transformador: ¿cómo podemos hacer que Dios nos escuche? Antes de entrar en detalles, es importante redefinir qué entendemos por Dios. Más allá del concepto religioso tradicional, quiero que consideren a Dios como una energía universal programable, una fuerza viva que nos rodea y que puede ser influenciada por nuestra vibración y nuestra intención.
Dios como energía programable:
Dios no es bueno ni malo. Es una energía neutra que puede ser dirigida según nuestras acciones y pensamientos. Esta energía, como el genio de la lámpara de Aladino, responde a nuestras “programaciones”, pero para lograrlo necesitamos cumplir ciertas condiciones:
Vibración Alta: No puedes comunicarte con esta energía desde un estado de tristeza, odio o victimismo. Debes elevar tu tono emocional hacia el entusiasmo y la confianza.
Fe y Creencia: Debes creer firmemente en tu capacidad para influir en esta energía. Dudar de su poder es como intentar encender una lámpara sin electricidad.
Visualización Clara: Imagina con detalle lo que deseas lograr. Cuanto más específico seas, más clara será la señal que envíes al universo.
La comparación con el genio de la lámpara:
Al igual que Aladino le pedía deseos al genio, nosotros podemos programar esta energía universal para que trabaje a nuestro favor. Pero, a diferencia de un deseo espontáneo, la programación requiere intención sostenida:
Dedica tiempo diariamente a concentrarte en tu deseo.
Mantén una actitud positiva y enfocada.
Repite esta práctica durante varios días hasta que la energía se alinee con tu objetivo.
La agricultura cuántica: Sembrando tu futuro
Imagina tu futuro como un campo vacío donde puedes sembrar las semillas de tus sueños. Cada pensamiento positivo y cada acción enfocada son semillas que depositas en ese campo. El universo, como un agricultor diligente, cuidará de esas semillas si mantienes una vibración alta y las riegas con constancia.
El futuro no está predeterminado; es cuántico y maleable. Puedes moldearlo según tus deseos, siempre que sigas el proceso adecuado de programación.
Claves para una programación efectiva:
Entiende que Dios es Energía: Dios no opera bajo conceptos de bien o mal. Es una fuerza que puede ser dirigida, pero debes aprender a comunicarte con él de manera efectiva.
Visualiza tu Futuro: Imagina claramente lo que deseas, como si ya fuera una realidad. Esto alinea tu energía con el resultado deseado.
Mantén una Frecuencia Alta: Los pensamientos positivos y las emociones elevadas son el lenguaje que esta energía entiende.
Reflexión final:
Dios no actúa de manera espontánea en nuestras vidas; somos nosotros quienes debemos aprender a programar esa energía para que trabaje a nuestro favor. El universo es infinito, y tus posibilidades también lo son si comprendes que eres el agricultor de tu propio futuro.
¡Hasta la próxima!




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